Reflexiones sobre la Violencia

En distintos ámbitos de nuestra sociedad actual, vemos manifestados una serie de actos insensibles que muestran la decadencia de los valores morales en el desarrollo de la cultura puertorriqueña. Cabe decir que muchos de ellos tienen su raíz en la falta de promulgación dentro de nuestra cultura sobre el respecto a la dignidad de los demás, pero en definitiva no sabemos la causa absoluta de dichos actos. Lo que tenemos claro son las consecuencias, esas devastaciones humanas de personas, grupos y hasta países enteros cuyas vidas terminan a manos de la violencia. Vemos como las democracias se tornan hipócritas ante el pueblo que les escogió, los países crean conflictos que intentan resolver mediante la guerra, la familia es un concepto casi inexistente en la actualidad por la falta de comunicación y cada vez más individuos viven en las cárceles a causa de una mala acción suya o quizás de una injusticia gubernamental.

La agresividad es un mecanismo de defensa que tiene el ser humano, que fue desarrollado desde la evolución como método para dominar a otros organismos con el fin de garantizar la sobrevivencia. Según algunos autores, incluyendo a Sigmund Freud, las pulsiones libidinales o biológicas hacen que el individuo sea por naturaleza agresivo. Es decir, que la agresividad es entonces una expresión de un impulso natural humano que se manifiesta para obtener la autoconservación. Freud nos dice: “en todo lo que sigue adoptaré, pues, el punto de vista de que la tendencia agresiva es una disposición innata y autónoma del ser humano; además, retorno ahora mi afirmación de que aquella constituye el mayor obstáculo con que tropieza la cultura.”

Marcuse, por otra parte, propone la agresividad moderna como producto de las sociedades industriales, tecnológicas, faltas de una visión humanista. Como producto de la sociedad capitalista, las industrias crean en las personas un sentimiento de necesidad por comprar, manipulando su comportamiento hacia el consumerismo conspicuo. Esto crea una ansiedad y frustración que trae aires de agresividad, delitos violentos, suicidios y criminalidad.

La violencia es un comportamiento deliberado, que puede provocar daños físicos o psicológicos a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión física, ya que también puede ser psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas. A diferencia de la agresividad, la violencia es un término social, más amplio que el ser agresivo, que incluye el sometimiento de la otra persona, sin necesariamente hacer daño físico, tomando en consideración que en todo acto de violencia no necesariamente existe la agresividad. La agresividad incluye daño físico hacia una persona y se puede decir que cada acto de agresividad es un acto de violencia.

La agresividad se puede dar en distintos planos de la sociedad, ya sea a nivel interpersonal, político o cultural. En el plano interpersonal podemos hablar de la violencia doméstica y los actos terribles que se comenten actualmente en nuestra sociedad dentro de las relaciones de pareja, en los casos más comunes, hacia la mujer. También en este ámbito se puede considerar la agresión contra las personas de tez negra, o trigueña, que en muchas sociedades son considerados inferiores o son prejuiciados hacia los actos violentos y los crímenes. Es lamentable que estos sucesos ocurran en nuestra sociedad, pero las causas se pueden encontrar en la sociedad misma; podemos decir que nuestra sociedad, al ser patriarcal, considera en muchos casos a la mujer como inferior al hombre y es por eso que muchos hombres piensan que las mujeres son inferiores a ellos, lo que les da cierta autoridad para agredirlas físicamente. También podemos decir que la mentalidad racial existe y que en nuestros propios comentarios de todos los días e incluso en nuestros chistes, podemos ver reflejada la mancha de segregación racial que nos ensucia. La homofobia es otro crimen que a mi entender cometemos a diario en los estereotipos y los prejuicios que cometemos contra los y las personas homosexuales. Estos prejuicios han llevado a asesinatos contra personas que sienten atracción hacia personas de su mismo sexo, sólo por sus intereses sexuales, lo cual considero algo absolutamente inconcebible e insensato. Creo que hace falta mucha educación y concienciación para nosotros como pueblo puertorriqueño para detener el prejuicio y la discriminación contra las personas homosexuales, los negros y las mujeres.

Ya que discutimos la agresividad en las relaciones interpersonales, hablemos sobre la agresividad a nivel institucional. Cuando en una institución se establecen las diferencias de jerarquía entre el jefe y el trabajador, el que enseña y el que aprende, esto lleva a que la diferencia de poder cree segregación entre las personas. Es decir, el mismo poder crea tensiones que fomentan comportamientos de frustración y agresividad entre los participantes de la institución. El abuso del poder, los complejos de superioridad y la mentalidad de poder hacen que algunas personas se crean superiores a las demás y, por ende, las maltratan sin motivos lógicos.

En el caso del documental de Michael Moore “Bowling for Columbine”, vemos la agresividad como efecto institucional a nivel del sistema de régimen norteamericano. Estados Unidos se caracteriza por ser una nación con poder, que mantiene su poder usando la estrategia de implementar miedo a su pueblo. La razón por la cual la mayoría de las personas tienen armas en sus hogares no es más que un producto del miedo que les ha inculcado el mismo sistema de que deben protegerse. La mejor manera que posee un gobierno de mantener el poder sobre su pueblo es haciéndoles sentir incapacidad para gobernarse, dependencia, ineficiencia y miedo. De esta forma, el gobierno garantiza que el pueblo dependa del absolutamente, tanto a nivel moral, físico (para seguridad), emocional y psicológico. Muchas de las personas del documental decían que poseían armas para defenderse de los agresores que podían amenazar a sus familias. La realidad de esto es que esta mentalidad fomenta la agresividad en las personas.

En esta agresividad institucional como se plantea en el párrafo anterior también podemos incluir el racismo. Pudimos ver en el documental como se crean sesgos hacia las personas no blancas como si fueran las causantes de todos los actos agresivos y criminales en su sociedad. Es necesario revisar nuestras nociones en este sentido, pues podemos caer en discrimen contra una persona que es completamente inocente solo por el color de su piel. Es muy probable que en un caso en que estén como sospechosos una persona blanca y una negra, pensemos de forma automática que la persona negra es la culpable, simplemente por “el historial” de asesinatos y crímenes de su raza. Esta visión es completamente falsa y considero un crimen en si mismo el hecho de que estereotipemos de tal manera; en cualquier caso, entonces, seriamos nosotros y no ellos los violentos e insensatos.

La violencia, en mi opinión, no puede ser erradicada simplemente ni puede ser simplemente descolocada de nuestra sociedad, pues constituye un mal social complejo, que si lo consideramos desde la perspectiva de Freud, es algo innato e inevitable. Creo que la violencia y la agresividad, a pesar de que son aspectos degenerantes del bien social, no serán absolutamente eliminadas ni con el más fuerte esfuerzo. De todos modos, no considero que la esperanza en ese sentido se pierda, sino que se continúe combatiendo con las más efectivas armas: las armas pacíficas.

Como solución primordial para combatir la violencia propondría una reforma en la educación. No solo que se conciencie acerca de lo terrible que son los actos violentos, sino que se pueda realmente palpar en los medios de comunicación, las familias y los maestros una profunda convicción por promover la comunicación en las interacciones sociales. Es decir, que se conciencie al pueblo a través de la educación, de tal manera que se aprenda a hablar, a conversar realmente. Si las instituciones educativas puertorriqueñas, desde niveles elementales hasta universitarios implementan un plan anti-violencia, podríamos tener en términos generales una sociedad más sensata. Hay influencias por parte de los medios de comunicación, la televisión, la radio, los videojuegos y las películas que podrían ser contrarrestadas si esta reforma educativa se da de manera efectiva y absoluta.

Las causas de la violencia dependen de las condiciones en que se de, así que deben haber diferentes formas de implementar paredes contra las cuales la violencia y la agresividad no puedan ejercerse. En el caso de la violencia sexual, o los casos de agresión entre personas que trabajan en la misma institución, la sensibilidad sería el factor definitivo para eliminarlos. Creo que la revisión de los valores puertorriqueños ayudaría en sentido de sensibilizar para que nuestra mentalidad no sea agresiva y nuestros actos no sean violentos. Es necesaria la implementación de estos valores desde el ámbito familiar, para que en nuestro paradigma haya un cambio; en nuestras visiones de la realidad, nuestros valores, nuestro estilo de vida y nuestra empatía hacia los demás.

Por: Arlyn Avilés López

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